30 de julio de 2018

El mito ya es una realidad en la ciudad de Goya, Corrientes


Con el nuevo Museo de Mitos y Leyendas Guaraníes se incrementó en un ochenta por ciento la visita al museo que está ubicado en calle José María Soto 801. Desde que se inauguró este importante faro cultural en Goya se da una modalidad curiosa. Antes con el Museo Gauchesco Curuzú eran los padres los que traían a sus hijos a visitar, ahora la situación se ha invertido, porque son los niños los que traen a sus padres a conocer a los duendes o póras guaraníticos. De esa manera se produce una importante conexión cultural y familiar entre padres e hijos. Es un aprendizaje simultaneo y espontaneo en las familias dado que, entre medio de bromas, miedos y risas que producen las imágenes de estos seres mágicos, también generan un avance en el respeto y amor hacia nuestras raíces culturales y sobre todo a la preservación de la naturaleza y el medio ambiente. Los guaraníes fueron un grupo étnico sabio, porque de algún modo se las ingeniaron para transmitir de generación en generación a través de la transmisión oral, dado que no conocían la escritura, este conocimiento ancestral a sus hijos creando ingeniosamente estos mitos y leyendas que prevalecen hasta nuestros días. Aunque detrás de cada mito o leyenda siempre está un trasfondo de verdad o realidad, es por eso que se dice que estos seres tienen las imágenes de quienes los crean. De ahí que de nuevo nos tenemos que remitir a los textos bíblicos y a la marcada influencia jesuítica de nuestras leyendas "fueron creados a su imagen y semejanza" el número tres y el siete, números bíblicos que es recurrente y está permanentemente presente en las metamorfosis o castigos de Tupá (Dios guaraní) como el caso de la leyenda del Caráu o el mito del lobizón. De modo que no es casual que la mayoría de nuestros duendes son seres tutelares de la naturaleza. Impronta que está arraigado y prevalece siempre en toda la mitología y filosofía guaranítica. Eso se nos ha transmitido en nuestro ñanderekó o "ser correntino". El no matar indiscriminadamente, cuidar a los árboles y a los animales que lo habitan, cazar lo necesario para vivir. Nuestros ancestros consideraban que el ser no muere nunca, todo vuelve a la tierra y crece para alimentar a las generaciones venideras. Todo es sagrado, todo es vida, todo es un movimiento eterno. Por eso y muchas cosas más larga vida al guaraní.
Todos los derechos reservados a la autora, 
Gladys Mercedes Acevedo (27/ 7/ 2018) 

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