29 de junio de 2019

NAIPÍ Y LOS AMORES POSIBLES (segunda parte)


"No era de extrañar que a fuerza de desearlo un buen día apareciera Tarobá. El nuevo cacique guaraní salido de las entrañas de la selva venía precedido por su fama de guerrero valiente y carácter feroz. Los demás sabios y ancianos de las distintas tribus le dieron la bienvenida a la ceremonia de selección de doncellas que aplacaría el hambre de la poderosa serpiente mbói. Las jóvenes estaban paradas debajo de unas palmeras pindó. Todas lloraban a excepción de la más alta y hermosa de todas que permanecía al lado de su verdugo, su padre. Su belleza era tal que estaqueó por completo los ojos de Tarobá. En ese instante la joven Naipí levantó la mirada y supo que era el guerrero que había estado esperando toda su vida. Pese a la proximidad de la muerte, una felicidad incomprensible la invadió por todo su cuerpo. Sin embargo, al reconocerse ambos sonrieron con la desesperanza de los amores imposibles. El cacique aún antes de escuchar su voz, nadar en el perfume de su olor, perderse en la profundidad de sus ojos, supo que ya no podría vivir un instante sin verla. Por un momento toda la valentía que había desplegado en las guerras ante cientos de indios que querían matarlo, se le paralizó por completo. El miedo a que la poderosa serpiente mbói pudiera matar a Naipí le quebró el coraje del derecho y del revés, al punto de sentirse un niño desnudo, indefenso y sin la menor idea de cómo enfrentar el infierno. Fue el padre de la joven quién lo terminó por desarmar cuando eligió a su hija de entre las doncellas lloronas. Naipí lo miró resignada mientras la llevaban a una choza donde dormiría la noche previa al sacrificio. Tarobá suplicó a los sabios ancianos e incluso al padre de la joven y al sabio Marangatu.
-Es el sacrificio que debe hacer la tribu- le dijo el sabio-, para que todos podamos vivir sin que la serpiente nos mate. 

Tarobá, el indio que había vencido en mil guerras ya no tuvo dudas. Llevaría muy lejos a su amada de las fauces de mbói. Cuando el guerrero entró a la choza, la joven lo abrazó, no tanto con sus brazos, sino con el alma de alguien que ha recorrido cientos de vidas para encontrarlo. El instante fue efímero y sublime a tal punto que lloraban mientras se besaban. El cacique manejaba la canoa con una destreza casi irreconocible. Deseaba alejarse lo más pronto de la cercanía de la garganta del diablo, pero la corriente y el viento devoraban su avance. Cuando ya estaban a punto de cruzar se escuchó un rumor que crecía desde las profundidades de la garganta. Era la furia de mbói que reclamaba su paga. Su rabia y su fuerza eran tal que arqueó su cuerpo con una velocidad impredecible tumbando la canoa y hundiendo la tierra en varias partes por donde empezaron a caer grandes cantidades de agua que tragaron de inmediato a los enamorados."

NAIPÍ Y LOS AMORES POSIBLES (Segunda parte). Gladys Mercedes Acevedo. 
Adaptación de la leyenda de las Cataratas del Iguazú. Todos los derechos reservados (2019)

23 de junio de 2019

NAIPÍ Y LOS AMORES POSIBLES


Naipí se contempló una vez más en las aguas amarronadas del río Yguasu y un velo de preocupación se volvió a estampar en su frente. El agua se apresuró a descarnarle la belleza casi sobrenatural de su rostro, la sedosidad de su larga cabellera negra e incluso su profunda tristeza. La joven lejos de alegrarse sintió una vez más cómo un frío helado recorría todo su cuerpo. Esa mañana ya no tuvo dudas. La condena ancestral venía marcada a fuego en su cara. Pensó que Ñanderu Guasu no se andaba con vueltas a la hora de apilar las piedras en el camino y en cierta forma elegía muy bien a su presa tanto como lo hacía la gigantesca mbói desde las profundidades de la garganta del diablo. Desde muy niña sufría cruentas pesadillas y se despertaba sudorosa en la hamaca dando alaridos de terror. Era su padre quién la consolaba y acariciada el rostro condenado de su mitacita. 
- Tranquila mi niña, es solo un sueño.
Ella sabía de la suerte que les esperaba a las doncellas más lindas de la tribu. Había crecido escuchando una y otra vez a los ancianos cuando se reunían alrededor del fogón y el mismo Marangatu, el sabio mano derecha de Tupá la miraba con especial detenimiento. Su padre también era uno de los encargados de seleccionar a la víctima que sería arrojada a las aguas torrentosas de la garganta donde lo recibiría la gigantesca mbói.
Pero aun así se permitió ser feliz y creció como una niña salvaje rodeada de coatíes y de monos y de todo animal que se le acercara a degustar su belleza. Soñaba con un día enamorarse de algún guerrero fuerte que viniera de una tribu muy lejana a rescatarla de su desgracia. 

_¿Sabes el destino de las mujeres hermosas? le preguntó un día su mejor amigo.
_ No. Le dijo rogando que nada de esas historias fueran verdad.
_ Es comida de la mbói que vive en la garganta del aña.
_ Me deformaré la cara de ser posible. Le contestó pero en el fondo dudaba de su respuesta.


Es que amaba ser bella para ese ser hermoso que la esperaba en alguna parte de los confines de la selva.

NAIPÍ Y LOS AMORES POSIBLES (Primera parte). Gladys Mercedes Acevedo. 
Adaptación de la leyenda de las Cataratas del Iguazú. Todos los derechos reservados (2019)

10 de junio de 2019

Poetas


"No puedo liberar mis intenciones, mis palabras más tiernas, mis búsquedas secretas, mis sueños impensados, si antes no hablo de ti, porque en todos esos espacios estas, como esas mariposas que no quieren volar." 
Gladys Mercedes Acevedo, 2019. Feliz día de la poesía

Nicasio Díaz Llanos. La pulpería de Santiago Canevaro, Goya. 
Colección de pinturas El Martirio de Camila, pinacoteca del museo Gauchesco Curuzú


1 de junio de 2019

Un frio glacial...


"Un frio glacial de esos que se destacan por sobre la piel de los muertos ha recorrido todo su cuerpo. Es casi absurdo que el miedo a perder lo que nunca ha tenido lo congele de un suspiro. Aun así, temblando de angustia y nadando en sus propios deseos, no pudo dejar de mirarla de reojo, temía que ella fuera aún más cruel sabiendo la desolación que le produciría su ausencia."


Gladys M Acevedo Todos los detechos reservados (2019)





Rosa la bella

"Tu final no es el mío. Tu adiós no me ha sepultado nunca. He atrapado tus sonrisas en todas las jaulas de mi memoria. Ni las histor...