23 de junio de 2019

NAIPÍ Y LOS AMORES POSIBLES


Naipí se contempló una vez más en las aguas amarronadas del río Yguasu y un velo de preocupación se volvió a estampar en su frente. El agua se apresuró a descarnarle la belleza casi sobrenatural de su rostro, la sedosidad de su larga cabellera negra e incluso su profunda tristeza. La joven lejos de alegrarse sintió una vez más cómo un frío helado recorría todo su cuerpo. Esa mañana ya no tuvo dudas. La condena ancestral venía marcada a fuego en su cara. Pensó que Ñanderu Guasu no se andaba con vueltas a la hora de apilar las piedras en el camino y en cierta forma elegía muy bien a su presa tanto como lo hacía la gigantesca mbói desde las profundidades de la garganta del diablo. Desde muy niña sufría cruentas pesadillas y se despertaba sudorosa en la hamaca dando alaridos de terror. Era su padre quién la consolaba y acariciada el rostro condenado de su mitacita. 
- Tranquila mi niña, es solo un sueño.
Ella sabía de la suerte que les esperaba a las doncellas más lindas de la tribu. Había crecido escuchando una y otra vez a los ancianos cuando se reunían alrededor del fogón y el mismo Marangatu, el sabio mano derecha de Tupá la miraba con especial detenimiento. Su padre también era uno de los encargados de seleccionar a la víctima que sería arrojada a las aguas torrentosas de la garganta donde lo recibiría la gigantesca mbói.
Pero aun así se permitió ser feliz y creció como una niña salvaje rodeada de coatíes y de monos y de todo animal que se le acercara a degustar su belleza. Soñaba con un día enamorarse de algún guerrero fuerte que viniera de una tribu muy lejana a rescatarla de su desgracia. 

_¿Sabes el destino de las mujeres hermosas? le preguntó un día su mejor amigo.
_ No. Le dijo rogando que nada de esas historias fueran verdad.
_ Es comida de la mbói que vive en la garganta del aña.
_ Me deformaré la cara de ser posible. Le contestó pero en el fondo dudaba de su respuesta.


Es que amaba ser bella para ese ser hermoso que la esperaba en alguna parte de los confines de la selva.

NAIPÍ Y LOS AMORES POSIBLES (Primera parte). Gladys Mercedes Acevedo. 
Adaptación de la leyenda de las Cataratas del Iguazú. Todos los derechos reservados (2019)

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