31 de agosto de 2018

Goya, protagonista de la historia Argentina


Hay ciudades que no pasan desapercibidas dentro de un contexto histórico y geográfico determinado, es decir no son un punto más imprecisos e indefinidos en el mapa de una provincia, sino que tienen un protagonismo tal que sobresalen y trascienden con un nombre propio. Tal es el caso de Goya, que además de ser la segunda ciudad de la provincia de Corrientes tuvo una preponderancia significativa dentro del contexto histórico argentino. Si hablamos del italiano Giuseppe Garibaldi, nos remitimos a Goya, si hablamos de Camila O´Gorman, Uladislao Gutiérrez y Juan Manuel de Rosas, regresamos a Goya, Si hablamos de la Batalla de Ñaembé y sus grandes protagonistas (Santiago Baibiene, Plácido Martínez, José Hernández, autor del Martín Fierro, Julio A. Roca) de nuevo recurrimos a Goya. Si hablamos del teatro más antiguo de la Argentina, de nuevo estamos aquí, situados en este punto abriendo un importante polo cultural para el país y el mundo. Y ni hablar de su historia local con sus emblemáticas y valientes protagonistas mujeres como lo fueron Gregoria Morales Alegre (primera pobladora del lugar), Sinforosa Rolón e Isabel King.

Entonces, cuando hablamos de esa ciudad que se fue originando a fuerza de la costumbre de amarrar en su puerto a los barcos, de repetir de manera incansable ese apodo de mujer, de protagonizar historias profundas y a veces sangrientas, sin dudas estamos hablando de Goya, de la ciudad como verdadera protagonista de la historia.

Todos los derechos reservados a la autora. Gladys M Acevedo.
Foto: Lugar significativo de Goya. Antigua casona con altillo que pertenecía a Pablo Antonio Fernández donde Camila O' Gorman solía tocar el piano. El patrimonio protegido es uno de los mayores atractivos turísticos del mundo. Ejemplos: Colonia Uruguay, Victoria Entre Ríos, San Antonio de Areco. El patrimonio arquitectónico es la memoria de una ciudad y como tal debe ser cuidado, respetado y protegido.

26 de agosto de 2018

La Traición-Cien Cuentos Para El Pombero


Al principio de los tiempos y antes de que concluyera el séptimo día, Tupá (Dios guaraní) se sentía generoso y decidió darle alas a todos sus criaturas, bestias y cristianos sin excepción. No quería diferencias en la tierra porque sabía que esto solo generaría discordias. Sin embargo, nadie volaba. No sabían cómo hacerlo porque esa gracia sólo eran atributos de los ángeles del cielo. Marangatú el sabio de la tribu y la mano derecha de Tupá, era el único que volaba, pues tenía amplia sabiduría y conocía a la perfección el secreto. Un día se apiadó de los cristianos al ver que se paseaban sin rumbo con sus alas inútiles que colgaban de sus espaldas. Entonces decidió enseñarles. Empezó por su mejor amigo confiando en su gran lealtad y en el cariño sincero que le tenía. Este empezó a volar cada vez más alto y se maravilló con las cosas que podía encontrar más allá de su tierra y de cómo todos lo miraban admirados. Al tercer día deseó tener los mismos conocimientos y toda la sabiduría y las posesiones .de su sabio amigo. Hasta quiso ser mano derecha de Tupá. Cada día que pasaba empujaba a Marangatú para desplazarlo del aire y que se estrellara. Un día le robaba un conocimiento y al otro día otro y le mostraba a todo el mundo sus logros como si fueran propios. Al erudito le quedaban apenas migajas de secretos, pero él le seguía ayudando a su amigo. El Dios guaraní sonreía al ver la perplejidad del sabio traicionado. Quería saber cómo resolvería tal dilema.
-¿Nunca le dirás que sabes que te ha robado?- le preguntó Tupá.
-No.-le dijo el sabio- Él sabe que yo lo sé y que me queda un solo secreto.
Al día siguiente Marangatú vio venir a su amigo desde el horizonte con sus alas blancas aureoladas de arrogancia. Lo vio descender, enrollar sus alas y mirar sus ojos como si tal cosa. El sabio le sonrió con bondad y le dijo:
- Me queda un sólo conocimiento. Pero te lo daré en el aire mientras volamos empardados, como cuando éramos niños y corríamos juntos.
.-Estoy dispuesto a todo- le dijo-. Deseo tener la suma de todos tus conocimientos.
Sabiendo que luego de obtenerlo lo mataría sin piedad y sería él la mano derecha de Tupá.
Volaron con rumbo desconocido ante los ojos absortos de la tribu. Ya en el aire Marangatú le dijo:
- Para que te pueda dar este último conocimiento primero debo cortarte las alas.
A esas alturas el amigo se sentía un ser poderoso y pensaba que el sabio en nombre de la amistad le entregaría todos sus secretos.
Le extendió las alas confiado y Marangatú se las cortó a ambas por la mitad. Mientras caía al vacío creía ver los ojos del sabio que se iluminaban con un color desconocido en la tierra. Era la fuente de la sabiduría que le había dado Tupá. Antes de estrellarse contra el piso el sabio le enumeró todas y cada una de las traiciones que había cometido.
-Tu ambición te ha segado- le dijo-. Si no me hubieras traicionado yo hubiese compartido todo contigo.


Cien Cuentos Para El Pombero. Por Gladys Mercedes Acevedo. Todos los derechos reservados a la autora

20 de agosto de 2018

Fragmento de Cien Cuentos para el Pombero


"Uno toma dimensión del horizonte cuando empieza a extrañar. El correntino ha heredado de la raza guaraní el apego por la libertad y del español, no solo la guitarra y el caballo, sino algo mucho más intenso que le nace de las entrañas mismas del corazón: la extrema melancolía por su tierra. No hay sangre más intensa que aquella que se debate entre la libertad y el querer regresar. Nuestros duendes que fueron creados a nuestra imagen y semejanza no estuvieron exentos de estas mismas inquietudes. Por eso no es raro verlos por allí buscando lo que han guardado, soñando con algún día poder regresar."


Fragmento de Cien Cuentos para el Pombero. Por Gladys Mercedes Acevedo. Todos los derechos reservados.

Rosa la bella

"Tu final no es el mío. Tu adiós no me ha sepultado nunca. He atrapado tus sonrisas en todas las jaulas de mi memoria. Ni las histor...