El
carro y su pobre cortejo de monos carayás exhaló un suspiro a cansancio
ancestral y se desvió hacia la casa del padre Antonio Montalbán, que salió de
inmediato a acompañarlos. Mientras marchaban rumbo al antiguo cementerio el
cura escuchó al pastor proclamar por auto parlantes: "Es imposible que
Dios se haga cargo de las vergüenzas de este mundo, para eso está el infierno,
pero si quieren salvar sus almas pecaminosas salgan de sus ranchos, de los
montes y vengan hasta la iglesia del Señor que aún están a tiempo, porque el
fin del mundo se aproxima.
Fragmento de Rosa la Bella no fue al cielo. Autora Gladys M. Acevedo. Derechos reservados (2019)
No hay comentarios:
Publicar un comentario