Aquí costeando el final de la espera que con cada día se agranda y se bifurca
en días y noches que parecen no tener fin, como esos abismos que de a ratos
saben a infierno y a veces a paraíso tierno. Nunca pensé en la complejidad que
subyace debajo de un remanso o la ira que precede a una gran tormenta, ni
siquiera en los soles tibios de julio que nos deja la piel sedienta de calor.
Si, debo contarte que la espera lleva todos esos dulces males, como camalotes
errantes que arrastran alimañas invisibles que con
solo mencionarlas te darían miedo. Nunca pensé que la vara del tiempo se
mediría en ausencias y que con una sola voz girarían los peldaños quietos y de
nuevo la vida y la tierra y el río mismo que volvería a correr desesperado
hacia el horizonte sabiendo que todo tiene un fin.
Cien cuentos para El Pombero. Autora Gladys M Acevedo. Todos los derechos reservados (2019)
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