“Cómo le
explico a tus rincones que ya no te esperen, ellos siguen allí leales,
intactos, aun padeciendo el vértigo de una soledad recién estrenada. Las cosas
no entienden de finales abruptos, de silencios, de enojos sin motivos. Ellos se
empeñan en cuidar el jardín de tu sonrisa, la mordedura letal cada vez que me
despreciabas. Simplemente están allí como fantasmas persistentes a quienes hay
que desorientar para que se marchen. Yo mismo me he preguntado cómo se
desparraman las cenizas de tu memoria para que los vientos se apiaden y te
lleven tan lejos y no regreses. "
Fragmento de Rosa la Bella No fue Al Cielo, Gladys Mercedes Acevedo.
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